martes, 3 de febrero de 2015

CONFLICTO

CONFLICTO

 En estos días los grupos de conservadores, se han escandalizado por el proyecto de ley que despenaliza el aborto, bajo tres razones: Inviabilidad del Feto, Peligro de Muerte de la Madre y Violación.

 Me resultan irrisorios estos grupos, muchos de ellos llamados “pro-vida”, que se oponen a un proyecto de ley que busca cuidar la salud, física y mental, de la madre lleguen a crear tal revuelta.

 Pienso que, de aprobarse y promulgarse la ley, cada mujer podrá decidir por sí misma, en pareja o en colectivo (si así lo desea considerando los antecedentes médicos acerca de su embarazo), el camino que recorrerá ¿verdad?

 Insisto y sigo pensando que hoy, gracias a asuntos dictatoriales, no existe un resguardo para una práctica existente en clínicas privadas; reconocido por la ex ministra Helia Molina. También es verdad que en una clínica privada jamás se le llamará aborto… no, ellos prefieren llamarle apendicitis.

 Ahora bien, la cuestión (creo yo) es: ¿para quién existe esta opción?  Y por otra parte, si tú no compatibilizas con el aborto, porque tu fe lo prohíbe; porque te enseñaron, en casa, que eso es malo; porque es un requisito del partido… etc… no lo hagas. Pero no condiciones la vida de otras personas; no utilices la supuesta protección a la vida, para hegemonizar tú forma de pensar, valores o cualquier acción que te hagan ser tú mismo; y por favor, no criminalices por una decisión que no te compete.

 Muchas de estas personas, al menos las más informadas en términos de conocimientos, alegan que el llevar acabo un aborto provoca un daño psicológico enorme a las mujeres. Yo pienso diferente y tal vez esté totalmente equivocado, pero aun así lo intentare explicar.

 Creo que el factor que provoca el daño real a la mujer que aborta (sea por qué debe o porque simplemente… así lo desea), es la culpa. No la culpa por la decisión que tomó o debe tomar, sino que por presión social; justamente por grupos de personas conservadoras, que son, a su vez, los que más se pisan la cola.

 No, si usted conoce a una mujer que se enfrenta a esta decisión, apóyela (sea usted hombre o mujer), no intente entenderla… ya que nadie más que ella sabrá lo que estará sintiendo en ese momento. Hágala ver que no hay decisión incorrecta y que la sociedad no la culpará por ello.

 No la presione para hablar de aquello… ella sabrá cuando y con quien conversar acerca de la decisión que tomó y algo más, no siempre es una decisión… no, por eso el proyecto instruye tres situaciones.  

 Habrá mujeres que desean y desearán llevar a cabo el embarazo, pero si su salud corre peligro o el feto se encuentra muerto, entonces, no será una cuestión de hacer lo que se quiere, sino de hacer lo que se debe.

 Me declaro un ser Pro-Libertades, libertad para elegir. Libertad para que usted diga no estar de acuerdo; libertad para que usted esté de acuerdo, pero no a la egoísta hegemonía de tus propias ideas.









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