CONFLICTO
En estos días los grupos de conservadores, se
han escandalizado por el proyecto de ley que despenaliza el aborto, bajo tres
razones: Inviabilidad del Feto, Peligro de Muerte de la Madre y Violación.
Me resultan irrisorios estos grupos, muchos de
ellos llamados “pro-vida”, que se oponen a un proyecto de ley que busca cuidar
la salud, física y mental, de la madre lleguen a crear tal revuelta.
Pienso que, de aprobarse y promulgarse la ley,
cada mujer podrá decidir por sí misma, en pareja o en colectivo (si así lo
desea considerando los antecedentes médicos acerca de su embarazo), el camino
que recorrerá ¿verdad?
Insisto y sigo pensando que hoy, gracias a
asuntos dictatoriales, no existe un resguardo para una práctica existente en
clínicas privadas; reconocido por la ex ministra Helia Molina. También es
verdad que en una clínica privada jamás se le llamará aborto… no, ellos
prefieren llamarle apendicitis.
Ahora bien, la cuestión (creo yo) es: ¿para
quién existe esta opción? Y por otra
parte, si tú no compatibilizas con el aborto, porque tu fe lo prohíbe; porque
te enseñaron, en casa, que eso es malo; porque es un requisito del partido…
etc… no lo hagas. Pero no condiciones la vida de otras personas; no utilices la
supuesta protección a la vida, para hegemonizar tú forma de pensar, valores o
cualquier acción que te hagan ser tú mismo; y por favor, no criminalices por
una decisión que no te compete.
Muchas de estas personas, al menos las más
informadas en términos de conocimientos, alegan que el llevar acabo un aborto
provoca un daño psicológico enorme a las mujeres. Yo pienso diferente y tal vez
esté totalmente equivocado, pero aun así lo intentare explicar.
Creo que el factor que provoca el daño real a
la mujer que aborta (sea por qué debe o porque simplemente… así lo desea), es
la culpa. No la culpa por la decisión que tomó o debe tomar, sino que por
presión social; justamente por grupos de personas conservadoras, que son, a su
vez, los que más se pisan la cola.
No, si usted conoce a una mujer que se
enfrenta a esta decisión, apóyela (sea usted hombre o mujer), no intente
entenderla… ya que nadie más que ella sabrá lo que estará sintiendo en ese
momento. Hágala ver que no hay decisión incorrecta y que la sociedad no la
culpará por ello.
No la presione para hablar de aquello… ella
sabrá cuando y con quien conversar acerca de la decisión que tomó y algo más,
no siempre es una decisión… no, por eso el proyecto instruye tres situaciones.
Habrá mujeres que desean y desearán llevar a
cabo el embarazo, pero si su salud corre peligro o el feto se encuentra muerto,
entonces, no será una cuestión de hacer lo que se quiere, sino de hacer lo que
se debe.
Me declaro un ser Pro-Libertades, libertad
para elegir. Libertad para que usted diga no estar de acuerdo; libertad para
que usted esté de acuerdo, pero no a la egoísta hegemonía
de tus propias ideas.
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