CREO; NO CREO
La
mera insinuación de la “no creencia”, acerca de la ‘existencia’ de cualquier
‘fenómeno’, surge de ‘creer’ en la existencia del ‘fenómeno’ en cuestión… en
algún momento de nuestras vidas.
Lo mismo ocurre con la existencia de lo real, en
consideración al fenómeno que se plantea como irreal o no existente, del cual
disponen, los ‘no creyentes’, para autodenominarse ‘no creyentes’.
No podríamos hablar de fenómenos inexistentes,
ya que: desde el momento que al fenómeno inexistente, o irreal le asignamos un rotulo
con el cual identificarlo, lo dotamos de características que permitirán a nuestro
cerebro construir una figura simbólica… a partir de aquella descripción.
La existencia está, según mi parecer, determinada
a nuestra acción de pensar, independiente de: lenguajes o acciones comunicantes.
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