miércoles, 3 de septiembre de 2014

CORRER Y TAL VEZ...

CORRER Y TAL VEZ...

Correr al levantarse, bañarse y vestirse; correr en busca de transporte, correr para llegar al Trabajo, Colegio, Instituto o Universidad.

Correr para descansar, en las pocas horas que deja el día; correr para regresar a casa y corremos a la cama… ¿Corremos al estar atrasados y corremos cuando hay tiempo?

Tal vez corremos, por el temor de enfrentarnos a nuestras propias ideas. Ideas que pueden aclarar quién y cómo eres; ideas que pueden enseñar el verdadero mundo que hemos ayudado a construir.

Tal vez corremos, porque es la única forma en la cual damos un sentido, una dirección, a nuestras vidas. Tal vez corremos en una necesidad de escapar…

 ¡Sí, de escapar!... ¿Por qué no?

 Cada día, todos los días, debemos hacer frente a situaciones incomodas, que sobrepasan nuestras propias posibilidades de evitarlas. No es de extrañar, entonces, la necesidad de apartar, todo malestar, pesar, incomodidad, con la cual bebemos convivir.

Así es que: corremos al levantarnos, huyendo del despertador y de aquel lugar que nos llena de deudas. Por esto es que buscamos y corremos en busca de transporte, para que nos lleve lejos.

Corremos para llegar al trabajo, colegio, instituto o Universidad; buscando disociar, distorsionar, aquello que nos molesta.

Corremos para descansar, en las pocas horas que deja el día,
pues el trabajo se vuelve un problema, que no tienes permitido dejar.

Corremos para regresar a casa y corremos a la cama en busca del único espacio donde realmente: toda mentira, todo problema, todo trabajo y agitación desaparece…  nuestros sueños.







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