ESCONDÍ'A PELOTA
Uno golpea la pelota;
muchos
nos escondimos.
Quien saliera corriendo
tras
la pelota
debía
regresar con ella
en
sus manos, corriendo…
de
espaldas.
Quien corrió de espaldas,
con
la pelota en las manos,
dejaba
la pelota en el punto
donde
fue pateada inicialmente.
Quien dejó la pelota,
donde
fuese golpeada,
debía
buscar a los muchos
que
nos escondimos.
Quien buscaba, a los
muchos
que nos escondimos,
tenía
la obligación de regresar
corriendo,
hacia la pelota,
al
detectar a uno de los
escondidos.
Quien detectaba al escondido
(el
mismo, que inicialmente,
que
corriera tras la pelota;
regresara
corriendo de espaldas
con
la pelota en sus manos;
dejado
la pelota en el punto donde
fue
golpeada inicialmente
y luego fuese en busca de los
muchos
que nos escondimos),
y
gritar: ‘¡POR!’ e incluir
el
nombre de quien fuese encontrado.
Quien
fuese detectado
debía
lanzarse a la carrera,
junto
a quien debía encontrar
a
los muchos que nos escondíamos,
intentando
golpear, nuevamente,
la
pelota, para permitirse
esconder
otra vez.
Y todo aquel, que fuese encontrado,
debía
repetir ese procedimiento, para
permitir,
que todos los encontrados
se
ocultasen otra vez.
Si ni uno de los detectados,
de
los muchos que nos escondimos,
lograba
golpear la pelota
antes
que aquel: que fuese
corriendo
tras la pelota;
regresara
corriendo de espaldas
con
la pelota en sus manos;
dejado
la pelota en el punto donde
fue
golpeada inicialmente
y luego fuese en busca de los
muchos
que nos escondimos,
obligaba
al primer detectado,
a
ser él, quien: corriera tras la pelota;
regresara
corriendo de espaldas
con
la pelota en sus manos;
dejando
la pelota en el punto donde
fue
golpeada inicialmente
muchos
que nos escondimos.
Se recomienda, el uso de este juego,
en
horario vespertino. Porque...
¡¡¡¡¡¡ESCONDERSE
DE DÍA NO TIENE
GRACIA!!!!!!
¡Uf... esas sí, que fueron verdaderas horas de
entretención!
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