No
estoy en contra de las negociaciones con Bolivia acerca de una salida al Pacífico;
aunque no soberana. Y es ese concepto el que mantendrá el conflicto por largos
años: sea que Chile logré ganar en la corte internacional o no.
La razón
de esta afirmación es simple de explicar y es en comprender que Bolivia no pretende una negociación; entendiendo que
en una negociación ambas partes interesadas deben ceder en algún aspecto de su
petitorio y definitivamente, Bolivia no espera ceder en nada. Y no es una cuestión
de percepción antojadiza por mi parte, es simplemente una cuestión de interpretación
tras leer un documento redactado por la misma Bolivia y que no es de difícil acceso,
ya que es la “Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia”.
Alguien
que pretende negociar entiende que, en el transcurso de la negociación, ha de
perder algo; sin embargo: la posición de Bolivia hasta el momento es del todo o
nada; pese a las palabras del ex presidente Boliviano Carlos Mesa acerca de una
eventual negociación: "Ese es un paso que tiene que darse sobre una fase fundamental: que
los dos países lleguen sin precondiciones y sin preconceptos" (http://www.emol.com/noticias/Internacional/2015/09/25/751524/Carlos-Mesa-Bolivia-esta-dispuesta-a-acatar-un-fallo-de-la-CIJ.html).
Cómo te sientas a negociar cuando la
propia constitución boliviana determina lo siguiente:
Título II
Órgano Ejecutivo
Capítulo primero: composición y atribuciones del órgano
ejecutivo
20. Crear y habilitar puertos.
Título VIII Relaciones Internacionales, Fronteras,
Integración y Reivindicación Marítima
Capítulo cuarto: reivindicación marítima
Artículo 267. I. El Estado boliviano declara su derecho
irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al océano
Pacífico y su espacio marítimo.
II. La solución efectiva al diferendo marítimo a través
de medios pacíficos y el ejercicio pleno de la soberanía sobre dicho territorio
constituyen objetivos permanentes e irrenunciables del Estado boliviano.
Artículo 268. El desarrollo de los intereses marítimos,
fluviales y lacustres, y de la marina mercante será prioridad del Estado, y su
administración y protección será ejercida por la Armada Boliviana, de acuerdo
con la ley.
Ahora
bien es cierto, Bolivia nos derroto en esta primera pasada en la Corte
internacional y no sólo en el aspecto jurídico, si no: en el comunicacional. No
es falso decir, que Chile no cuenta con el apoyo internacional que posee
Bolivia; además nos las arreglamos para insultar a la corte llamándolos incompetentes
y por si fuera poco, tras el fallo con Perú y ahora con Bolivia, Chile se
muestra al “mundo” como el país que no quiere sentarse a negociar con un país
vecinos; es decir, literalmente quedamos como los malos de la película.
Dicho
y reconociendo la derrota, no puedo dejar de mencionar que todo este espectáculo
comunicacional y jurídico (que por cierto, es derecho del estado Boliviano…
como también de Chile, de ser necesario) por parte del presidente Evo Morales y
su famosa reivindicación le permite volver a postularse a presidente el año
2019 (http://www.elmostrador.cl/noticias/mundo/2015/09/26/tras-tenso-debate-morales-obtiene-una-nueva-victoria-y-logra-que-congreso-boliviano-apruebe-proyecto-para-su-posible-reeleccion/).
De qué otra manera puedo leer esta ley propuesta por Representantes de los
sindicatos obreros y campesinos: ¿tal vez como un reconocimiento por el trabajo
realizado hasta ahora?, es posible; pero no dejo de pensar en el interés y
aprovechamiento político de un sujeto que ya lleva tres periodos presidenciales.
Tal
vez de no existir intereses políticos y ambición de poder, estaría de acuerdo
con la demanda reivindicatoria del presidente Evo Morales y el estado
Boliviano; pero me resulta clara la nula intención de una verdadera reivindicación
marítima, pues el caso presentado en la corte internacional, por su parte, es
la de llevar a Chile a negociar y no la exigencia explicita de territorio. Es
absurda la petición, pues la posición de Chile es clara al respecto y es: se
puede negociar, pero no se entregara territorio chileno a Bolivia; además esta
es una discusión que lleva mucho tiempo vigente y se ha transformado en un
discurso nacionalista y que lleva a ambos pueblos al llamado mal patriotismo.
Ambos
países nos tienen, a los ciudadanos, recordando la guerra del pacífico: la
forma en que se enseña en Bolivia, Chile y recordando a los “héroes” y contando
muertos, para sentir (cada uno por su lado) que uno de los dos tiene mayor
derecho sobre la tierra y el mar, que el otro. Debo admitirlo: la política internacional
es bastante compleja y enredada, y honestamente: este tipo de situaciones termina
por ser bastante agotador y más cuando las intenciones se alejan del romanticismo
de lo reivindicatorio y se aterrizan al plano frio de la política y la
estrategia en sí.
Tal
vez: de no existir por escrito en la constitución boliviana la exigencia in-transable,
acerca de la salida soberana, documento que condiciona la negociación, podría
creer en la real intención de Bolivia en zanjar de una vez por todas esta discusión,
que probablemente seguirá por muchos años más y tal vez, sea el mismo Evo
Morales, de ser electo el año 2019, quien continué con la demanda.
Muchos
podrán pensar, al menos el que llegue a leer esto, que mis primeras palabras
sobre la idea de negociar con Bolivia es sólo una postura y que ha servido para actuar en favor de los
intereses de Chile; claro, considerando la mirada que he propuesto acerca de
Bolivia, Evo Morales y la demanda. Lo cierto es: que no son muchas las palabras
que puedo destinar a mi propio país, Chile, en este caso.
Se debe considerar que Chile
esta situación ha resultado perjudicial, en imagen, en comunicaciones y en política
internacional. Ahora, si alguien puede ver los errores en política y
comunicaciones internacionales, chileno, como algo beneficiosos para el país… que
me lo explique, porque hasta el momento y por mucho que lo he pensado, no veo los
beneficios.
Para comenzar a cerrar: hubo un
meme bastante realista, tras el fallo de la corte y la demanda de Bolivia,
sintetizando lo que ocurrirá en cualquier caso y decía:
-La Haya:
Bolivia y Chile deben negociar.
-Bolivia
y Chile: Muy bien.
-Bolivia:
Queremos salida soberana al mar.
-Chile:
NO
En
fin, supongo que deberemos esperar el fallo de la corte internacional sobre la
demanda Boliviana (que no creo sea a favor de Chile) y ver si por fin, los
encomendados a representarnos en dicho tribunal comprenden que este caso no se
gana simplemente con una buena base jurídica y mucho menos, faltando el respeto
a quienes han de dar un veredicto.